¿QUÉ SE UNA ADICCIÓN?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una adicción es una enfermedad física y psicoemocional que crea dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación.
Se caracteriza por un conjunto de signos y síntomas, involucrados en estos factores biológicos, genéticos, psicológicos y sociales. Se incluye también la aparición de episodios continuos o periódicos de descontrol, ocurriendo de modo frecuente a pesar de conllevar consecuencias negativas. Asimismo, las distorsiones de pensamiento—entre ellas la negación de padecer la enfermedad y minimización de sus consecuencias—igualmente caracterizan una adicción.
Es importante distinguir entre distintos tipos de adicciones.
Aunque frecuentemente aparece en determinadas sustancias, la adicción a comportamientos, pensamientos, emociones o personas también puede existir. En un inicio, se pueden empezar a usar sustancias o comportamientos desajustados con la finalidad de alcanzar un estado de benestar o evasión, lo cual progresivamente desarrolla una relación desigual en donde la persona quiere “más”, legando al descontrol.
Para calificar una dependencia física y psicológica, una persona debe presentar tres o más de los siguientes criterios en un período de 12 meses:
- Necesidad o fuerte deseo de consumir una sustancia o llevar a cabo algún comportamiento.
- Dificultadas para controlar dicho consumo o conducta.
- Síndrome de abstinencia al interrumpir, reducir o moderar el consumo o conducta.
- Tolerancia a dicha sustancia o comportamiento.
- Abandono progresivo de los intereses ajenos al consumo de la sustancia o comportamiento.
- Persistencia en el uso de la sustancia o comportamiento a pesar de ser consciente de sus efectos perjudiciales.
COMO SE DESARROLLA UNA ADICCIÓN
Una adicción, pues, presenta distintos niveles.
El primero se trata de la experimentación, donde la persona—guiada por la curiosidad—prueba una droga o conducta, pudiendo continuar o interrumpir su consumo.
El segundo es el uso, el compromiso con la droga es bajo y se consume los fines de semana y en oportunidades casuales, ya que la persona sólo busca las sensaciones provocadas por tales; los ámbitos académico, laboral, social o familiar aún no se ven afectados.
El tercero, es el abuso y hace referencia al uso regular semanal de dicha sustancia o conducta, existiendo episodios de intoxicación. Para ilustrar, en el caso del alcohol, una intoxicación presenta lagunas mentales en la rezaca. En este punto, la sustancia o comportamiento comienza a progresivamente atacar la vida de la persona, afectando y deteriorando los ámbitos académico, laboral, social y familiar.
El cuarto y último nivel es la adicción, donde ámbitos previamente mencionados se vende rotos o con muchas dificultades. En este punto, la búsqueda de la sustancia o comportamiento es compulsiva y su abstinencia es muy difícil, habiendo compromiso orgánico; se presentan también conductas de riesgo.
Como explica la Directora General de la OMS, “se calcula que en el mundo hay 27 millones de personas con trastornos provocados por el consumo de drogas. […] El daño social y sanitario provocado por el uso ilícito de drogas psicoactivas es enorme. Éstas perjudican directamente la salud mental y física de los consumidores y reducen de forma drástica sus expectativas y calidad de vida. […] El consumo de drogas perjudica a las familias ya las comunidades, incluso bajo la forma de delictes contra la propiedad y las personas. Se causa de accidentes domésticos y de tráfico, abuso de menores, violencia sexual de género y otros tipos de violencia”.
COEXISTENCIA ENTRE ADICCIÓN Y PATOLOGÍA DUAL
Por último, es de importancia tener presente la coexistencia de las adicciones y los trastornos psiquiátricos, recibiendo el número de patología dual.
Una patología dual describe cuando una misma persona presenta una adicción (ya sea en una sustancia o comportamiento) junto a una psicopatía.
Su desarrollo se compon de dos hipótesis: en algunos casos el trastorno psiquiátrico puede surgir antes de la adicción, el segundo apareciendo como resultado de la búsqueda de alivio del primero. En otros casos, la adicción puede presentarse primero ya su razo, la persona desarrolla una psicopatía.
En resumen, las adicciones son una dependencia física y emocional de una sustancia o comportamiento.
Sus características principales son factores externos—biológicos, genéticos, psicológicos y sociales—, episodios de descontrol y distorsiones de pensamiento. Se distinguen dos tipos de adicción, la adicción a substancias o la adicción a comportamientos, pensamientos o personas. Para calificar una dependencia física y emocional –adicción– deben presentarse una serie de criterios durante un período de mínimo 12 meses. Consecuentemente, se diferencian diferentes niveles en una adicción: experimentación, uso, abuso y adicción.
Por último, es importante tener presente la coexistencia de una adicción y una psicopatía, nombrada como patología dual.