¿Cómo explicar qué son las adicciones de forma sencilla?
Las adicciones son un tema difícil de comprender. A menudo se asocian con sustancias como las drogas o el alcohol, pero también pueden manifestarse a través de comportamientos como el juego, el uso excesivo de las redes sociales o la pornografía. Por lo tanto, cuando hablamos de adicciones, nos referimos a un problema más amplio de lo que muchos pueden pensar.
El primer paso para entender las adicciones es saber que no se trata de una cuestión de debilidad o falta de voluntad.
Las adicciones son trastornos que afectan al cerebro. Este trastorno hace que una persona no pueda controlar la necesidad de consumir sustancias o realizar ciertos comportamientos, aunque sea consciente de las consecuencias negativas. El cerebro envía señales erróneas que impulsan a la persona a continuar con estos hábitos, de modo que, cuanto más los repite, más difícil es dejarlos.
Un ejemplo sencillo para comprenderlo es imaginar que una persona necesita beber constantemente agua, pero en lugar de agua, el cerebro le dice que debe consumir una sustancia o realizar una acción específica para satisfacer esa necesidad. Esto hace que, incluso cuando la persona quiere parar, le resulte muy difícil hacerlo. Esto no solo afecta al cuerpo, sino también a las relaciones personales y emocionales.
Lo que muchos jóvenes experimentan es un círculo vicioso: quieren dejarlo, pero el cerebro sigue llevándolos hacia la misma necesidad. Esto puede provocar mucha frustración, ansiedad y aislamiento. Por eso es importante entender que las adicciones son una enfermedad y, como cualquier enfermedad, requieren tratamiento y apoyo.
Otro aspecto fundamental es que, para comenzar el proceso de recuperación, es necesario comprender que la adicción no es una falta de carácter, sino un trastorno que afecta al cerebro. Cuando cambiamos la forma en que vemos este problema, podemos abordarlo de manera más empática y constructiva.
Cuando entendemos que las adicciones son una enfermedad como cualquier otra, podemos empezar a hablar de ellas de manera más abierta, sin miedo al juicio. De este modo, el joven puede comenzar a sentirse comprendido y no aislado por su situación.
Cuando el joven recibe el apoyo adecuado y cuenta con las herramientas necesarias, puede empezar a superar las dificultades asociadas con su adicción y recuperar el control sobre su vida.
