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¿QUÉ ES LA PATOLOGÍA DUAL?
En términos de salud mental, hablar de una patología dual hace referencia a la coexistencia de dos patologías en una misma persona: la adicción o dependencia a una o más sustancias junto a un trastorno psiquiátrico.
La Sociedad Española de Patología Dual (SEPD) detalla las características de esta dualidad.
Por una parte, las adicciones pueden referirse a la dependencia a sustancias legales (p. ej. tabaco, alcohol, cafeína) o a aquellas ilegales (p.ej. cannabis, cocaína, opioides). También se incluyen las comportamentales, como la adicción a las compras, redes sociales o al trabajo. Por otra parte, los trastornos psiquiátricos incluyen los trastornos de ansiedad (p. ej. ansiedad generalizada, ansiedad social), del estado de ánimo (p. ej. depresión, bipolar), de personalidad (p. ej. evitativo y obsesivo), TDAH y del espectro de la esquizofrenia y la psicosis.
Según la SEPD, seis de cada diez personas con adicciones atendidas en redes españolas sufren patología dual, conocidos comúnmente como ‘pacientes de puerta giratoria’ debido a su inestabilidad en centros y hospitales. Las personas con patología dual pueden presentar fuertes tendencias a la impulsividad, violencia, agresividad, ignorancia a las normas, desorden y acostumbran a frecuentar circuitos de marginalidad o aislamiento. De esta manera, el momento de acudir a centros especializados en busca de ayuda se ve catalizado por un punto de desbordamiento de bien el paciente o personas próximas en su entorno.
CAUSAS QUE CONTRIBUYEN AL DESARROLLO
Las causas que contribuyen al desarrollo de una patología dual pueden ser distinguidas en dos hipótesis.
La primera: personas con un trastorno psiquiátrico que, con el objetivo de aliviar o mejorar su sintomatología, empiezan a consumir sustancias o presentar comportamientos adictivos.
La segunda: personas que a raíz de comportamientos adictivos o el consumo de sustancias desarrollan un trastorno psiquiátrico.
La Confederación de Salud Mental de España (CSME) expone el proceso de intervención en personas con patología dual, como también sus dificultades. Su intervención suele presentar obstáculos debido a fracasos repetidos, falta de motivación o el abandono del tratamiento, influenciados por las escasa conciencia de ambas patologías.
MODELOS DE INTERVENCIÓN EN PATOLOGÍA DUAL
Se diferencian tres modelos principales de intervención:
- El más frecuente, es el secuencial, el cual comienza por la actuación en uno de los recursos (psicopatía o adición), sigue por el otro.
- El modelo paralelo interviene en ambos simultáneamente, aunque de forma separada.
- Finalmente el modelo integrado, el más recomendable, tiene en cuenta las necesidades de la persona y plantea una atención integral a largo plazo, unificando la intervención de ambas partes. Sin embargo, está condicionado por la efectividad de coordinación entre ambas redes de intervención.
Foto de CSME.
COMO AYUDAR A PERSONAS CON PATOLOGÍA DUAL
La CSME también detalla diversas recomendaciones para ayudar a las personas con patología dual.
- En primer lugar. Favorecer la adherencia al modo de intervención integrado, creando vínculos terapéuticos estables a largo plazo, para fomentar un clima de confianza.
- En segundo lugar. Proporcionar acompañamiento durante todo el proceso, recurriendo a intervenciones personalizadas a cada situación en vez de normas rígidas.
- En tercer lugar. Diseñar planes individualizados y adaptados a las necesidades de cada persona.
- En cuarto lugar. Ajustar las expectativas de las personas con patología dual al proceso a largo plazo de la intervención integral.
- En quinto lugar. Establecer objetivos alcanzables a corto plazo para incrementar la motivación en vez de la frustración de un proceso largo.
- En sexto lugar. Progresivamente devolver responsabilidades a la persona con patología dual con motivo de empoderarse de su proceso de cambio.
- En séptimo lugar. Hacer consciencia de las consecuencias derivadas del consumo de sustancias durante el tratamiento, las cuales pueden interferir con la medicación y el proceso general.
- En octavo y último lugar. Establecer protocolos de intervención entre la coordinación de redes de atención.