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Guía para jóvenes con trastornos de conducta

Cuando un joven presenta trastornos de conducta, puede ser un momento angustiante y lleno de incertidumbres tanto para él como para su familia. Aceptar que se necesita ayuda es un paso crucial y valiente, y comenzar un proceso terapéutico adecuado puede marcar la diferencia en el camino hacia la recuperación. En Font Fregona, llevamos más de 35 años acompañando a muchas familias en este recorrido, y queremos ofrecerte una guía sencilla con los pasos esenciales para comenzar este proceso terapéutico con jóvenes que enfrentan trastornos de conducta.

  1. Reconocer el problema y buscar ayuda

El primer paso es reconocer que existe un problema que necesita atención profesional. Los trastornos de conducta en los jóvenes pueden manifestarse de diversas formas: desde rebeldía extrema, agresividad, problemas de relación en la escuela, hasta el abuso de sustancias. Es fundamental que tanto los padres como los jóvenes acepten la situación y busquen ayuda especializada. Contar con un diagnóstico claro y el apoyo de psicólogos, psiquiatras o terapeutas especializados en trastornos de conducta es esencial para diseñar un plan de acción efectivo.

2. Elegir el centro terapéutico adecuado

Una vez que se ha decidido buscar ayuda, es importante seleccionar un centro terapéutico que se ajuste a las necesidades del joven y de la familia. No todos los centros son iguales, y cada uno ofrece diferentes enfoques y programas. Es esencial investigar y conocer las metodologías que utilizan, su equipo de profesionales, y si ofrecen un entorno seguro y adecuado para el joven. Font Fregona, por ejemplo, ofrece un enfoque integral que combina la terapia individual, la terapia de grupo y actividades al aire libre, como la equinoterapia, que ayudan a los jóvenes a reconectar consigo mismos y con su entorno.

3. Evaluación inicial y diseño del plan terapéutico

El siguiente paso es realizar una evaluación inicial completa del joven. Esta evaluación debe considerar no solo los síntomas visibles del trastorno de conducta, sino también otros factores como la salud mental, el entorno familiar, el contexto social y cualquier otro aspecto relevante. Con esta evaluación, el equipo terapéutico podrá diseñar un plan personalizado que aborde las necesidades específicas del joven. Es fundamental que este plan incluya metas claras, tanto a corto como a largo plazo, y que estas metas sean revisadas y ajustadas periódicamente.

4. Involucrar a la familia en el proceso

El apoyo familiar es un pilar fundamental en el proceso de recuperación de un joven con trastornos de conducta. Los padres y otros miembros de la familia deben ser parte activa del proceso terapéutico. Esto no solo implica asistir a sesiones familiares, sino también trabajar en mejorar la comunicación, establecer límites claros y proporcionar un entorno de apoyo y comprensión. En Font Fregona, ofrecemos grupos de apoyo  a las familías, donde pueden compartir sus experiencias, aprender unos de otros y recibir orientación de profesionales sobre cómo manejar diversas situaciones.

5. Compromiso y persistencia

El proceso terapéutico puede ser largo y con altibajos. Es importante tomar consciencia de ello tanto el joven como su familia porque no hay fórmular mágicas para acelerar el proceso y mantengan el compromiso y la persistencia, incluso en los momentos difíciles. La recuperación no es un camino lineal; habrá retrocesos y desafíos, pero con el apoyo adecuado y la voluntad de seguir adelante, los progresos llegarán. Celebrar cada pequeño avance y mantener una actitud positiva puede ayudar mucho a mantener la motivación y la esperanza.

6. Reevaluación y ajustes continuos

A medida que el joven avanza en su proceso terapéutico, es importante realizar reevaluaciones periódicas y ajustar el plan de tratamiento según sea necesario. Las necesidades y circunstancias pueden cambiar, y el plan debe ser lo suficientemente flexible para adaptarse a estos cambios. La comunicación constante con el equipo terapéutico es clave para asegurarse de que el joven está recibiendo el apoyo adecuado en cada etapa de su recuperación.

7. Prepararse para la reintegración

El objetivo final del proceso terapéutico es que el joven pueda reintegrarse a su vida cotidiana de manera saludable y equilibrada. Esto implica no solo superar los trastornos de conducta, sino también desarrollar habilidades sociales, emocionales y académicas que le permitan enfrentar los desafíos del día a día. Es importante que, al finalizar el tratamiento, el joven y su familia cuenten con un plan de seguimiento que incluya apoyo continuo y recursos adicionales para prevenir recaídas y consolidar los avances logrados.

Iniciar un proceso terapéutico con un joven con trastornos de conducta es un acto de amor y responsabilidad. Requiere valentía, compromiso y una visión a largo plazo. En Font Fregona, estamos comprometidos a acompañar a los jóvenes y sus familias en este viaje, ofreciendo un entorno seguro y profesional donde cada paso cuenta hacia la recuperación y el bienestar. Si estás considerando comenzar este proceso, no dudes en buscar la ayuda y el apoyo que necesitas; dar el primer paso es siempre el más importante.

Font Fregona

L’objectiu és aconseguir vèncer l’addicció i reestructurar la seva vida a través de l’aprenentatge de nous patrons de conducta.

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