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El impacto del entorno digital en el consumo adolescente

Vivimos conectados. Las redes sociales forman parte del día a día de la mayoría de los adolescentes, y si bien pueden ser espacios de expresión, información y socialización, también presentan riesgos importantes que muchas veces pasan desapercibidos. Uno de ellos es su posible influencia en el inicio o mantenimiento de conductas adictivas.

Hoy buscamos poner luz sobre un tema actual y complejo: cómo el entorno digital puede impactar en el consumo de sustancias y otras adicciones entre adolescentes, y qué pueden hacer las familias para prevenirlo.

La presión social ya no está solo en el aula

Antes, la presión del grupo ocurría en persona, en el colegio, en la plaza, en las salidas. Hoy, esa presión está encendida las 24 horas a través de pantallas. Los adolescentes están expuestos constantemente a imágenes, comentarios y videos que idealizan ciertos estilos de vida, entre ellos el consumo de alcohol, tabaco o drogas. Ver a referentes de su edad (o incluso influencers adultos) consumiendo y “pasándola bien” puede dar la impresión de que esas conductas son normales, deseables e incluso necesarias para pertenecer y ser aceptado por el grupo.

Retos virales y conductas de riesgo

Los retos virales (“challenges”) pueden parecer inofensivos o incluso divertidos, pero muchos de ellos implican riesgos importantes: desde ingerir sustancias peligrosas hasta conductas autolesivas o humillantes. En algunos casos, estos retos promueven el consumo directo de alcohol u otras sustancias como una forma de “probar valentía” o ganar validación.

Para un adolescente en búsqueda de identidad, pertenencia y aprobación, participar puede parecer una necesidad más que una elección.

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Exceso de estímulo y gratificación inmediata

El entorno digital también está asociado a otro factor que se vincula con las adicciones: la búsqueda constante de estímulos rápidos y recompensas inmediatas. Like tras like, mensaje tras mensaje, video tras video. Todo eso puede afectar la capacidad de espera, de tolerancia a la frustración y de regulación emocional.

En este contexto, el consumo de ciertas sustancias puede aparecer como una forma más de “desconectar”, escapar del malestar o intensificar sensaciones.

Normalización del consumo en redes

Es común ver publicaciones que muestran fiestas, botellas, cigarros electrónicos o vapeadores como parte del paisaje cotidiano. Muchas veces no hay una intención directa de incitar al consumo, pero el efecto acumulativo de estas imágenes es potente.

Lo que se repite, se vuelve normal. Y lo que se normaliza, se acepta sin cuestionarlo. Si a esto le sumamos la falta de información clara o la invisibilidad de las consecuencias reales, tenemos un cóctel que puede derivar en decisiones de riesgo.

El papel de las familias

No se trata de demonizar la tecnología ni las redes. Se trata de acompañar. El primer paso es informarse, entender el mundo digital que habitan los adolescentes y generar espacios de conversación sinceros.

Algunas estrategias que pueden ayudar:

  • Hablar abiertamente sobre lo que ven en redes, sin juzgar.
  • Preguntar cómo se sienten frente a lo que observan o comparten.
  • Compartir información sobre los riesgos reales de ciertos consumos.
  • Promover un uso consciente y equilibrado del tiempo frente a pantallas.
  • Ser ejemplo: cuidar también nuestra relación con el celular, el ocio digital y el consumo.

Buscar ayuda también es prevenir

Si sientes que tu hijo o hija se ve muy afectado por lo que sucede en redes, que se vuelve dependiente de la validación online o que está imitando conductas peligrosas, no dudes en pedir orientación profesional.

La prevención no es solo evitar que algo ocurra, sino crear las condiciones para que los riesgos disminuyan y las decisiones saludables crezcan.

El mundo digital está en la palma de nuestra mano y tiene muchos aspectos positivos. Pero también puede ser un entorno donde los adolescentes se sientan presionados a adoptar conductas que ponen en riesgo su salud.

Estar presentes, escuchar sin juzgar y hablar sin miedo son las herramientas más poderosas que tenemos como familias. Acompañar en lo virtual también es cuidar en lo real.

Font Fregona

L’objectiu és aconseguir vèncer l’addicció, les conductes de risc i reestructurar la seva vida a través de l’aprenentatge de nous patrons de conducta.

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