INAUGURACIÓN DE BUTTERFLY, EL TÓTEM
Nos hace especial ilusión compartir el post de hoy en el que os explicamos algo importante para nuestro centro por todo el significado que lleva implícito; os compartimos la reciente inauguración de un nuevo emblema para nosotros y para nuestro recurso.
Butterfly, el tótem.
Butterfly, además de ser el tributo a una bonita persona en su lucha por la vida, representa los valores fundamentales de Font Fregona y de los profesionales que trabajan mano a mano cada para ayudar a los jóvenes y a sus familias que están en el proceso de reconducir sus vidas.
Un tótem es un objeto o ser que, en ciertos pueblos era considerado como progenitor o protector del grupo, que sirve para representar y conmemorar a determinadas personas o eventos. Puede ser de madera o piedra e indica el lugar de reunión de un grupo, clan o familia
El tótem de Font Fregona, Butterfly, es la representación física del cuento “Mariposa Mariví el camino”, escrito a Mariví—madre de uno de los jóvenes del centro—cuando luchaba contra una grave enfermedad y en medio de una pandemia.
Asimismo, el tótem ha sido diseñado por Quico, amigo de Mariví y padre de uno de los jóvenes del centro y los jóvenes del centro han colaborado de forma totalmente voluntaria en su construcción.
EL CUENTO, EL CAMINO
En memoria y camino de Mariví Belenguer Llopis.
Un día de primavera, un viajante descansaba tranquilamente al borde del camino bajo un árbol.
Mirando la naturaleza que le rodeaba, observó como la oruga de una crisálida de mariposa intentaba abrirse paso a través de una pequeña abertura aparecida en el capullo.
Estuvo largo rato contemplando cómo la mariposa iba esforzándose hasta que, de repente, pareció detenerse. Tal vez la mariposa –pensó aquel hombre- había llegado al límite de sus fuerzas y no conseguiría ir más lejos.
Así que decidió ayudar a la mariposa, cogió unas tijeras de su mochila y ensanchó el orificio del capullo.
La mariposa, de esta forma, salió fácilmente. Su cuerpo estaba blanquecino, era pequeño y tenía las alas aplastadas. El hombre, preocupado, continuó observándola esperando que, en cualquier momento, la mariposa abriera sus alas, las estirara y echara a volar. Pero pasó el tiempo y nada de eso ocurrió.
La mariposa nunca voló, y las pocas horas que sobrevivió las pasó arrastrando lastimosamente su cuerpo débil y sus alas encogidas hasta que, finalmente, murió.
Aquel caminante, cargado de buenas intenciones con voluntad de ayudar y evitar el sufrimiento a la mariposa, no comprendió que el esfuerzo de aquel insecto para abrirse camino a través del capullo era absolutamente vital y necesario, pues ésa era, precisamente, la manera que la naturaleza había dispuesto para que la circulación de su cuerpo llegara a las alas, y estuviera lista para volar una vez hubiera salido al exterior.
Algunas veces, es justamente tiempo y esfuerzo lo que necesitamos para evolucionar y crecer en nuestra vida.
En realidad, si la naturaleza nos permitiese vivir sin obstáculos, quedaríamos muy limitados en nuestro inmenso potencial. Nunca llegaríamos a desarrollar nuestra verdadera plenitud.