Adolescentes y adicciones
en nuestra sociedad actual, los problemas de adicción están en aumento.
Es fundamental abordar este tema para poder ayudar a nuestros jóvenes a tener vidas saludables y felices.
Las adicciones pueden adoptar muchas formas: desde drogas de diferentes tipologías, el alcohol, el uso excesivo de toda la tecnología que tenemos a nuestro alcance, el juego, y actitudes como las compras compulsivas.
Independientemente del tipo de adicción, todas comparten que al final lo que consiguen es causar un impacto muy negativo en la vida de cualquier joven y sus familiares familiares, así como a las personas de su entorno.
La sociedad que vivimos, con la presión social que todos recibimos, es un factor que contribuye a que los jóvenes busquen vías de escape rápidas.
Los adolescentes cada vez más se sienten presionados a encajar, a ser aceptados lo que los lleva a experimentar nuevas sensaciones. Esto puede llevarlos a probar sustancias o comportamientos adictivos sin entender completamente donde se están metiendo y las consecuencias que les va acarrear.
Salud emocional de nuestros jóvenes
Uno de los factores a tener en cuenta es que la mayoría de nuestros jóvenes carecen de habilidades adecuadas para hacer frente al estrés y las dificultades emocionales con las que se encuentran en el día a día.
El problema empieza cuando se busca la recompensa inmediata para paliar esas frustraciones y dificultades. Las adicciones pueden ser una forma de escape, una manera de evadir temporalmente los problemas y las emociones negativas. Sin embargo, esto solo empeora la situación a largo plazo y puede convertirse en un ciclo vicioso difícil de romper.
¿Qué podemos hacer para prevenir y tratar las adicciones en los jóvenes?
1.Educar para tomar conciencia
Proporcionar información clara y precisa sobre las adicciones, sus consecuencias y cómo evitar caer en ellas. Los jóvenes deben comprender los riesgos y las trampas asociadas con las sustancias adictivas y los comportamientos compulsivos.
2.Buena comunicación
Fomentar un ambiente para la comunicación de confianza en el que los jóvenes puedan sentirse cómodos y libres hablando sobre sus sentimientos, preocupaciones y presiones. La escucha activa es imprescindible, ofrecer apoyo incondicional y sobre todo no juzgar puede ser la clave para marcar conseguir una comunicación que fomente la disposición a buscar la ayuda cuando la necesiten.
3.Educación emocional
Potenciar la inteligencia emocional de los jóvenes los dotará de habilidades para afrontar los momentos de estrés, resolver los problemas que se les presenten, ser más resilientes y en definitiva, aprenderán a manejar las emociones de manera saludable.
4.Establecer límites
Los jóvenes necesitan percibir que existe una estructura y unos límites claros. Ello les dará seguridad. Establecer reglas y llevarlas a cabo sobre horarios, salidas, disposición del tiempo libre y uso de dispositivos electrónicos serán de una gran ayuda para prevenir comportamientos adictivos.
5.Buscar ayuda profesional
Si sospechas que un joven ha entrado en el ciclo de la adicción, es fundamental buscar ayuda de profesionales capacitados en el tratamiento de adicciones. La intervención temprana y el apoyo adecuado pueden marcar una gran diferencia en el resultado. Es importante asesorarse por un profesional que posea los conocimientos y la experiencia necesarios para comprender las complejidades del desarrollo del adolescente y poder así adaptar un tratamiento para abordar las necesidades específicas del joven.
Por último, remarcar que las adicciones no deberían ser discriminatorias en ningún ámbito ya que pueden afectar a cualquier joven, independientemente de su entorno social, económico o cultural.
Como sociedad, debemos trabajar juntos para conseguir una buena salud mental de nuestros jóvenes, proveerles de un entorno seguro y apoyarlos en su camino hacia una vida libre de adicciones.