Addicciones y transtornos de conducta
Los trastornos de conducta en jóvenes y adolescentes pueden aumentar el riesgo de desarrollar adicciones, y viceversa, ya que puede existir una conexión bidireccional entre ambas patologías.
Por un lado, los trastornos de conducta pueden ser un factor de riesgo para el desarrollo de adicciones. Las dificultades que estos jóvenes pueden experimentar a nivel emocional, como los que sufren problemas de comportamiento o trastornos mentales, así como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) o el trastorno oposicionista desafiante (TOD), pueden llevarlos a recurrir al consumo de sustancias adictivas como una forma de afrontar o escapar de los problemas a los que se tienen que enfrentar. El uso de drogas o alcohol puede parecerles un alivio a los síntomas que experimentan o las emociones negativas, creando así un patrón de dependencia.
Por otro lado, el abuso de sustancias adictivas puede desencadenar o empeorar los trastornos de conducta en los jóvenes. Las drogas y el alcohol pueden alterar la química cerebral y afectar el funcionamiento cognitivo y emocional, lo que puede llevarlos a cambios en el comportamiento y la toma de decisiones.
Más impulsividad y agresividad, así como dificultad para controlar la conducta, los llevará a confrontaciones frecuentes con su entorno. El deterioro en las relaciones personales es inevitable en estos casos y pueden entrar en una espiral que en algunos casos lo llevará incluso a incurrir en comportamientos delictivos.
La relación entre los trastornos de conducta y las adicciones se complica aún más por la presencia de factores de riesgo comunes como antecedentes familiares de adicciones, entornos sociales disfuncionales, experiencias traumáticas o falta de habilidades de afrontamiento saludables. Estos factores pueden aumentar la vulnerabilidad de los jóvenes tanto en lo que sufren los trastornos de conducta como los que caen en adicciones.
Por eso es fundamental poder tratar de manera integral tanto los trastornos de conducta como las adicciones. El tratamiento para estos jóvenes debe abordar los aspectos físicos, emocionales y sociales de ambos trastornos, realizando terapia individual y familiar, apoyo emocional, educación sobre el abuso de sustancias y potenciar el desarrollo de habilidades de afrontamiento saludables.
Hijos con trastorno de conducta, que preocupa a los padres
Como padre o madre de un hijo con adicciones y trastornos de conducta, es natural preocuparse, y aunque es cierto que las preocupaciones pueden variar dependiendo de cada situación familiar y las necesidades específicas de cada joven, hay aspectos comunes para la mayoría de todos los padres.
1. Bienestar emocional y mental:
Es normal que como padres de hijos con trastornos de copreocuparse por el bienestar emocional y mental de sus hijos. Síntomas como la ansiedad, la depresión, la impulsividad y la dificultad para controlar las emociones, entre otros aspectos relacionados con los trastornos de conducta necesitan ser tratados y reciban el apoyo y la atención adecuados para aprender a manejar sus emociones y desarrollar una salud mental sólida.
2. Éxito académico
A los padres les preocupa mucho el éxito académico de sus hijos con trastornos de conducta, el rendimiento escolar, la participación en el aula, los problemas de atención y concentración, y la capacidad de sus hijos para completar tareas y cumplir con las expectativas académicas. Por ello es necesario poner los medios necesarios poder asegurar a estos jóvenes que tengan las herramientas y el apoyo adecuados para tener éxito en su educación.
3. Relaciones sociales y habilidades de comunicación
Las relaciones sociales son una preocupación importante para los padres. Les preocupa la capacidad de que sus hijos puedan establecer y mantener relaciones saludables con sus compañeros, así como tener las habilidades para comunicarse e interaccionar socialmente de forma natural. Es muy importante incentivar el desarrollo de las habilidades sociales para que puedan construir conexiones significativas con los demás.
4. Futuro y autonomía
A medida que los adolescentes con trastornos de conducta crecen, los padres se preocupan por su futuro y su capacidad para ser independientes y autosuficientes. La transición a la edad adulta, la capacidad para encontrar un empleo, la independencia financiera y la capacidad de llevar una vida plena y significativa es la máxima que cualquier padre desea para su hijo. Por eso es importante trabajar para asegurar que tengan las mismas oportunidades y los recursos necesarios para alcanzar su máximo potencial en el futuro.
Para finalizar este post queremos remarcar que hay que tener en cuenta que cada familia y situación son únicas y las preocupaciones pueden variar. Es por eso que los padres de jóvenes con trastornos de conducta y adicciones deben buscar el apoyo de profesionales expertos en la materia, para abordar con rigor y profesionalidad la forma más adecuada y efectiva de ofrecer la ayuda y la terapia necesaria para joven.