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Actitud font fregona

Actitud

Últimamente, tengo en la cabeza el tema de la edad, y es que se acerca mi trigésimo cumpleaños. Quizás a algunas personas treinta años les parezcan pocos. A otras, quizá me sitúen en el territorio de los “grandes” o, peor aún, de los “viejos”. Incluso, es posible que algún simpático niño empiece a usar el término “señora” para referirse a mí -ya lo he experimentado un par de veces y, como mínimo, sorprende-. Sea como sea, depende del punto de vista de quien lo mire. Pero lo que es innegable es que el tema de la edad sigue despertando muchos sentimientos y tocando muchas sensibilidades.

¿Y por qué hablo de la edad? Veo en consulta a muchos jóvenes y adolescentes enormemente angustiados por el futuro, por saber exactamente cómo será y qué ocurrirá. Angustiados por cumplir ciertas metas que consideran que deberían alcanzar a una determinada edad. Atrapados, ya a tan corta edad, por las presiones y exigencias internas y externas: aprobar la ESO o el bachillerato, tener las primeras relaciones sexuales, encontrar pareja, terminar una carrera, conseguir un buen trabajo, comprarse un piso, independizarse…

Es cierto que la juventud, generalmente, es un período de creación de identidad y de construcción. Pero pienso que es aún más importante darse la libertad y el permiso para destruir lo que no deseas, exponerse al supuesto “fracaso” para, más adelante, construir con valentía un nuevo camino, más satisfactorio y más coherente con quien deseas ser. Así que me dirijo a ti, joven o adolescente, para que te atrevas, mientras cumples años, a probar muchas cosas y a dejar otras tantas. A poner el foco en el proceso más que en el resultado. Y, sobre todo, a escucharte a ti mismo y a crear un criterio propio. Reajusta lo que sea necesario para acercarte al máximo a un yo más auténtico, priorizando un estado óptimo de salud mental y emocional.

La edad es solo una etiqueta más entre tantas que existen. Y toda etiqueta, aunque nos da cierta estructura y orden, nos limita de alguna manera. He conocido a gente de veinte años rígida y cerrada y a gente de sesenta con un espíritu abierto, fresco y vivo. Así que me pregunto: ¿la edad determina nuestros actos o son los actos los que determinan la edad? Probablemente, haya un poco de verdad en cada hipótesis. Pero hay algo que la edad no puede condicionar, y es la actitud ante la vida. Esa solo depende de ti.

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L’objectiu és aconseguir vèncer l’addicció i reestructurar la seva vida a través de l’aprenentatge de nous patrons de conducta.

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