Abordar la resistencia al tratamiento en jóvenes y entenderla
“No quiero entrar en un centro de recuperación”
La frase “No quiero entrar en un centro de recuperación, no quiero estar aquí”, la resistencia al tratamiento, es un sentimiento que la mayoría de jóvenes expresan cuando se les plantea la idea de su ingreso en un centro terapéutico para su recuperación.
Esta resistencia es comprensible, aunque también es una barrera significativa para el inicio de un tratamiento eficaz. Como padres y profesionales, es crucial comprender que hay detrás de esta negativa y saber entender y manejar la situación de forma que ayude a los jóvenes a empezar su camino hacia la recuperación.
La resistencia al tratamiento
La resistencia a entrar en un centro de recuperación es habitual. Los jóvenes pueden sentir miedo a lo desconcido, inseguridad o incluso vergüenza.
A continuación os dejamos algunos de los factores que contribuyen a esa resistencia:
1. Miedo a lo desconocido: Para muchos jóvenes, la idea de ingresar a un centro de recuperación es aterradora Tiene miedo a perder su libertad y la vida que llevan, además de que eso les lleve a ser estigmatizados.
2. Negación del problema: A menudo, los jóvenes no reconocen la magnitud de su adicción o trastorno de conducta. Pueden minimizar el problema o creer que pueden manejarlo por sí mismos sin la necesidad de ayuda profesional.
3. Presión social: La presión de sus amigos o la cultura juvenil puede hacer que los jóvenes vean el tratamiento como algo innecesario, lo que refuerza su resistencia.
4. Desconfianza en el proceso: Algunos jóvenes pueden haber tenido experiencias anteriores negativas con el sistema de salud mental o simplemente no creer que el tratamiento pueda ser efectivo para ellos.
Estrategias para abordar la resistencia
Superar la resistencia al tratamiento requiere empatía, comunicación abierta y paciencia. Os dejamos algunas estrategias que os pueden ayudar:
1. Escuchar y validar sus sentimientos: Es importante que los jóvenes se sientan escuchados. Validar sus miedos y preocupaciones es el primer paso para construir confianza. Decir algo como “Entiendo que esto puede ser aterrador para ti, pero estamos aquí para apoyarte” puede ser muy útil.
2. Explicar el proceso: A menudo, el miedo proviene de la falta de información. Explicar en detalle cómo va a ser la vida en el centro de recuperación, qué pueden esperar y cómo el tratamiento puede ayudarlos a mejorar su calidad de vida puede contribuir a reducir la ansiedad.
3. Involucrar a la familia: La familia juega un papel crucial en el apoyo al joven. Mantener a los padres y otros miembros de la familia informados y comprometidos puede ayudar a convencer al joven de que el tratamiento es la mejor opción.
4. Mostrar ejemplos de éxito: Compartir historias de otros jóvenes que han pasado por un proceso similar y han salido adelante puede ser motivador para los que se muestran reacios a recibir ayuda.
5. Mantener una comunicación constante: La comunicación abierta y honesta entre el joven, la familia y los profesionales es clave para abordar las dudas y preocupaciones a medida que surjan.
El papel del centro de recuperación
Un buen centro de recuperación debe estar equipado para manejar la resistencia inicial que los jóvenes puedan mostrar y el equipo debe estar formado por profesionales especializados en trabajar con jóvenes que no están dispuestos a estar allí, utilizando técnicas de intervención motivacional y terapia basada en la empatía.
En Font Fregona, entendemos que el camino hacia la recuperación no es fácil y que la primera barrera es la resistencia al tratamiento.
Nuestro enfoque está diseñado para ayudar a los jóvenes a sentirse comprendidos y apoyados desde el primer día. Sabemos por experiencia propia que cada joven tiene la capacidad suficiente para superar sus desafíos y estamos comprometidos en proporcionar un entorno seguro y acogedor donde puedan comenzar a sanar.
Es normal que los jóvenes muestren resistencia a la idea de ingresar en un centro de recuperación. Sin embargo, con la estrategia adecuada, esta resistencia puede ser manejada de manera efectiva, permitiendo que el tratamiento sea un proceso transformador.
Es esencial que tanto los padres como los profesionales trabajemos juntos para guiar al joven a través de sus miedos y dudas, para asegurar de que recibirán la ayuda que necesitan para una recuperación exitosa.
El primer paso hacia la sanación es a menudo el más difícil, pero también el más importante.