Gracias Fuente Fregona
Hoy os queremos mostrar la primera parte de la emotiva carta de despedida de uno de los jóvenes de Font Fregona, Enric, que escribió al marcharse del centro después de años de tratamiento.
Enrique habla sobre su experiencia con honestidad y sentimiento, explicando la realidad de su proceso de recuperación, incluyendo sus altibajos. También nos habla de la relación consigo mismo, el autoengaño y fingir frente a otros. Es un escrito que no sólo resuena con aquellos en una situación similar, sino con la gran mayoría de personas, reflexionando sobre los procesos dentro de uno mismo que dan fruto al cambio.
Os invitamos a leer este primer fragmento que esperamos que os haga reflexionar, entender y aprender
A mis compañeros, al equipo, a los caballos
Hoy lega el día de mí último despedido.
Con 8 años pisé esta casa por primera vez sin saber todo lo que representaría para mí los siguientes 9 años y el resto de mi vida.
Ingresé por primera vez con 14 años siendo un pequeño renacuajo inconsciente, roto por dentro y dolido sin saber la razón, sin motivación, convertido en alguien que me hacía verme fuerte, valiente y poderoso y acondía mi debilidad, mi cobardía y mi insignificancia. Estuve muchos meses pasando los días esperando si alguien se penedía y venía a recogerme, intentando miedo activo y miedo pasivo poder salir de ese lugar.
Una vez fue pasando el tiempo y empecé a dominar el día a día en el centro, inició un proceso de autoengaño dando a ver a los demás ya mí mismo que estaba haciendo cambios. De lo mal que estaba, mi mente conseguía vivir en esa película creyéndome mis cambios, verbalizando reflexiones que ni me planteaba que no las estuviera siguiendo, y actuando como alguien que hubiera hecho todos esos cambios.
Pasé de vivir en mi último día fuera a vivir en el día de mi salida. La cuestión era que no sabía vivir en el día que estaba viviendo, y por eso no era capaz de disfrutar nada. Realmente para disfrutar del presente no debes concentrarte ni buscar ninguna estrategia para ello, simplemente no debes pensar ni en el futuro, ni en el pasado.
Ennna María me dijo una frase hace varios años que decía “que no perdiese mi presente por un futuro que no existe y un pasado que no volverá”, y he tardado 3 años en poder comprenderla.